domingo, 12 de agosto de 2012

Primeras conclusiones



Comenzamos a conocer la ciudad... y a fondo, como a nosotras nos gusta. Nada de paseito por arriba, café y al hotel. Nooooooooo. El segundo día lo teníamos planificado para visitar las Minas de Sal de una población cercana cuyo nombre no acierto a escribir. A las 8,00 en pi: triatlón de transporte público para llegar al tercer bus que nos acercaría las Minas de Sal. Y una vez allí uno piensa "bueno, una visita de dos horas y se acaba". ¿¿Dos horas??? ¿¿¿Qué es eso para los polacos??? Noooooo. Cuatro horas, CUATRO, de visita guiada por los túneles y pasadizos de las antiguas Minas...

¿Que hay que ver los carros de transporte? Te enseñan los veinte modelos, por lustros, desde los tiempos de la Edad Media. Que hay que conocer las capillas que hacían los mineros... pues ves 18, cada una dedicada a un Santo. Que hay que ver los túneles??? Pues hombre.... ya que estamos... vemos metros y metros y metros, y kilómetros.... y yo que empiezo ya a cansarme... y lagos subterráneos, y cuevas y más cuevas, y otra capilla, y otro carro, y el "perro húngaro" que le llaman ellos... Y acaba las dos horas y media de visita guiada prevista y nos anuncian que hay una segunda parte "no obligatoria". Y en ese mismo instante la guía comenta que hay una interesante colección de piedras para ver... Y a Amparín que se le iluminan los ojos. Y yo que pienso: ya la hemos fastidiado. Efectivamente, Amparín, que debía haber sido geóloga o naturalista o algo así. Entramos a ver las piedras...

Dos horas más tarde, finalizábamos la parte "no obligatoria" de la visita, una visita que había comenzado con unas treinta personas y que finalizamos 8. No digo más... Dolor de riñones.

Y es que una de la primera conclusión que puedo extraer de Cracovia es que todo es ABUNDANTE: la comida, el perfume que se echan los tíos, las explicaciones de cada uno de los museos que visitamos que comienzan siempre en el Neolítico (da igual si tiene relación o no con la visita...). Yo creo que a los de las Minas de Sal les incluyeron en la lista de Patrimonio de la UNESCO por cansinos.

La segunda conclusión es que Polonia es a a los zapatos como España es a las tapas. Y la tercera, mucho más trivial, es que las gogós aquí llevan mucha más ropa. Pero de eso ya hablaremos próximamente...que nos marchamos a Viena en una hora!!!!

Sehen wir uns da!!!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario